Bestia de estilo es sentir la tensión entre literatura y política, es respirar una contradicción que intenta resolverse sobre la marcha. Pasolini exige excluir cualquier formalismo, pero a la vez carga de forma sus textos, los marca con sello poético, es racional e irracional al mismo tiempo. Se contradice. Bien lo dice Colleoni, Pasolini es un oxímoron viviente.